en la casa del angel (una más)

Son las siete de la tarde y llego con el señor X a ese bar del subsuelo tan querido por todos nosotros. Al principio eran los viernes, luego también algún jueves y después el resto de los días menos el domingo porque cierran.
Así que, mientras esperabamos al resto de compañeros que llegarían una media hora después empezamos a enfriarnos el gaznate (estos calores de la isla!). Primero llegó Chandler y un poco más tarde Cachuli (que bueno soy hablando con nombres clave!) y la cosa comenzó ya a desvariar. El punto de cordura lo dió un señor trajeado que nos hizo una corta visita con unas gafas muy fashion que, cuidadosamente, poso sobre la mesa ya atiborrada de vasos. En una de esas incontables veces que tuve que levantarme a estirar las piernas llegó Mónica (o sea, la señora de Chandler) y después una amiga de esta (digamos... Phoebe). La cosa comenzó a llenarse de vasos y copas y copas y vasos de tal forma que, un lunes, la casa del angel cerraba y nosotros queríamos seguir allí.
En fin, que estas son las cosas agradables de esta ciudad y que por millones de veces que se repitan no dejan de ser especiales cada una en si misma.
Bon dia a tots y ánimo, que no solo de fútbol vive este blog!